Un escueto y mal escrito mensaje se lee en la web donde se compran los boletos para ingresar a Machu Picchu: “A todo el público en general que desea adquirir sus boletos de ingreso a Machupicchu deben preveer con anticipación la compra de sus boletos de tren”. Parece una advertencia de alta temporada, sin embargo, esta es la época de lluvias en Cusco. Si se revisan las páginas web de Peru Rail o Inca Rail, las empresas de tren que van al santuario histórico, sobran los cupos al en diversos días y horarios. Los tickets ida y vuelta no cuestan menos de US$100 y se pueden pagar de todas las maneras imaginables. No parece difícil obtener para “todo el público en general”, tal como menciona el comunicado, un ticket de tren para llegar a Machu Picchu, entonces, ¿a quién está dirigido el pop up que aparece en la web machupicchu.go.pe?
Contrario a lo que se pueda creer, para el turista peruano llegar a Machu Picchu es difícil. El año pasado llegaron al complejo arqueológico 1 millón 221 mil 660 personas, de las cuales solo el 31% eran peruanos. La mayoría de los turistas nacionales que van a Cusco llegan de Lima, la capital del Perú, a 22 horas por tierra y 1 hora 20 minutos por avión. Los pasajes en descuento pueden llegar a US$58.00 ida y vuelta pero, generalmente, cuestan más de US$100. Los tickets de ingreso a los monumentos cuestan la mitad de lo que pagan los extranjeros. El alojamiento casi nunca es un gran problema en Cusco, donde puede haber un hotel en casi cada cuadra del centro histórico.
Pero Cusco es solo el punto de partida para llegar a la llaqta sagrada. En el convenio hecho entre el Estado y Perú Rail para entregarle la concesión de las vías del tren que van a Machu Picchu, se establece que la empresa debe mantener un tren exclusivo para peruanos con una tarifa subvencionada. El costo es de S/20 (US$6.00) ida y vuelta y la tarifa es menor para los pobladores de Machu Picchu Pueblo (ex Aguas Calientes), lugar adonde llega el tren. Para adquirir el boleto solo existe una condición no negociable: el pasajero debe comprarlo personalmente portando su Documento Nacional de Identificación (DNI) que demuestre su peruanidad. Tampoco se puede comprar dicho boleto en las cómodas oficinas de la Plaza de Armas o la Plaza Regocijo, donde el resto de turistas compran los suyos, sino que se debe ir a la estación de Wanchaq o la estación de San Pedro.
En un sistema donde el pasaje de avión, la reserva de hotel y el ingreso a Machu Picchu se pueden comprar por internet es inconcebible un servicio esencial que solo se vende presencialmente. Pero no solo existe esa restricción sino también es difícil conseguir un cupo en el tren de S/20. Muchas veces, los peruanos que llegan en busca de un asiento se dan con la sorpresa de que se han agotado todos los tickets de la semana entera. No es una casualidad el comunicado en la web machupicchu.gob.pe, considerando que no faltan las denuncias contra este servicio. Lo peor es que la escasez de asientos es en la temporada baja, ¿qué pasará en julio o agosto? Mientras tanto, los que pueden hacerlo, pagarán 16 veces más para comprar un pasaje en el tren de turistas foráneos que siempre tiene espacios libres
No vamos a negar que hoy existe la alternativa de ir por Santa Teresa (a cinco horas de Cusco) y entrar por Hidroeléctrica, pero es un camino altamente riesgoso en época de lluvias. Tampoco vamos a decir que todos los turistas peruanos se quedan sin cupos, pero encontrar un ticket hoy en el tren local es más que tentar a la suerte. A pesar de que los peruanos pueden conseguir pasajes baratos a Cusco, alojamiento accesible e ingresos a los atractivos a menor precio, los limitados cupos de tren local limitan cualquier desarrollo del turismo nacional hacia Machu Picchu. Perú Rail se escuda en que el precio del tren es subvencionado y, por ello, no puede costear más vagones, sin embargo, debió ceder en la última huelga provocada por los pobladores de Machu Picchu Pueblo, quienes pedían más cupos para ellos, no para los turistas peruanos. ¿Están esperando una huelga de turistas nacionales? ¿No sería una alternativa cobrar un poco más a los peruanos, sin llegar a las tarifas para extranjeros, y darles un mejor servicio?
Tal vez por ello no pocos prefieren gastar sus dólares en Miami o Punta Cana, antes que alucinar con la llaqta mejor conservada de los incas.