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El valle Sur del Cusco

En realidad, el llamado valle sur, atravesado por la carretera que va a Puno, está al este del Cusco. En apenas 45 kilómetros nos encontramos con pueblos y lugares que parece que se han puesto de acuerdo para que nadie haga algo parecido al vecino.

Salimos del Cusco y atravesamos San Sebastián y San Jerónimo, dos localidades que ya tienen continuidad con la ciudad. Sus iglesias son del siglo XVI, ricas en arte mural y figuras religiosas. La de San Sebastián, con pinturas de Quispe Tito, tiene dos torres idénticas a pesar de que se han construido con 140 años de diferencia. Nuestro viaje comienza después de San Jerónimo, cuando entramos en un amplio valle que va paralelo a las vías del tren y al río Urubamba.

ESCULTURAS, BRUJOS Y CHICHARRONES
Saylla es la tierra del chicharrón. Según los lugareños, la calidad del agua que posee hace que los chicharrones, el tocto o el ñutuchicharro sean de primera calidad y se ofrezcan en esquinas, puestos callejeros, restaurantes y casas particulares. Poco después pasará lo mismo con Oropesa, la capital del pan cusqueño, donde más de 200 hornos familiares trabajan día y noche produciendo hasta 25 variedades.

Entre los chanchos y los panes se encuentra Huasao, el pueblo de los brujos. Sus calles albergan un sinfín de curanderos y chamanes, algunos con gran experiencia y otros simples charlatanes, que ofrecen lecturas de la hoja de coca, pagos a la tierra y ceremonias de limpieza espiritual. Su estatus se anuncia en los letreros, mencionando que han tenido experiencia en Lambayeque.

En el palacio de Valle Umbroso, del siglo XVII, el Ministerio de Cultura tiene el taller de restauración para todo el departamento. En él se reciben miles de cuadros y esculturas sobre las que los técnicos pasan horas inclinados. Solo en la Catedral del Cusco hay más de 600 cuadros y en todo el departamento, unos 750 templos e iglesias. El palacio está al comienzo de la subida a Tipón, el sitio arqueológico inca dedicado al agua y una de las máximas expresiones de la ingeniería hidráulica cusqueña. Lo llamativo de Tipón es que todos los canales y fuentes de agua llevan igual cantidad de líquido, que nace en el Pachatusan, el apu tutelar del Cusco.

DULCES, TEJAS Y MONSTRUOS DE COLORES
Después de Oropesa, encontramos el desvío que nos lleva a Lucre, ubicado en el interior de un pequeño cañón y junto a la laguna Huacarpay, donde abundan las aves acuáticas. En Lucre quizá se encuentre la tienda de dulces más rica del Cusco, que solo abre los domingos por la mañana. En este lugar, Dulce Nevada, además de tortas, quesos y yogures, sus repisas están repletas de vacas de todos los tamaños y colores provenientes de muchos lugares del mundo. En Lucre también se encuentra la fábrica de textiles del siglo XIX y cuya maquinaria fue traslada en los lomos de más de 500 mulas desde el puerto de Islay, en un viaje que duró tres meses. La fábrica, que hoy parece que en cualquier momento volviese a trabajar con solo hacer click al interruptor de luz, fue la mayor exportadora de textiles de Sudamérica.

Junto a la carretera y frente a Lucre, se encuentra el gran centro arqueológico wari de Piquillaqta. Más de 30 kilómetros cuadrados de andenes, habitaciones, casas y muros dispersos en cerros y laderas. Su límite, en el gran portón Rumicolca, nos ubica en Piñipampa, el pueblo de las pulgas en quechua, el lugar donde se produce la mayor parte de las tejas que se usan en el sur andino. De lejos parece que ha pasado un tsunami, porque sus casas están rodeadas de charcos, arcilla y enormes montículos de tierra y arena, que son las materias primas para hacer las miles de tejas que se secan en los patios de las casas.

Uno de los lugares que hace que los turistas recorran este valle sur es Andahuaylillas. Su iglesia forma parte con Huaro y Canincunca, de la ruta del barroco andino. Las iglesias, manejadas por la Compañía de Jesús, son de los siglos XVI y XVII, y en ellas, los trabajos de Tadeo Escalante y Luis Riaño inundan todos los rincones de las paredes y los techos con sirenas, flores, obispos, símbolos y monstruos de colores que devoran a impíos y pecadores. En Andahuaylillas también está el órgano más antiguo de América, recientemente restaurado, donde se tocó la primera obra polifónica barroca. En este valle hay para todos los gustos.

Allá vamos
Distancias desde Cusco:
A San Sebastián: 6 km.
A San Jerónimo: 8 km.
A Saylla: 15 km.
A Huasao: 17 km.
A desvío a Tipón: 19 km.
A Oropesa: 23 km.
A desvío a Lucre: 26 km.
A Piquillaqta: 30 km.
A Piñipampa: 34 km.
A Andahuaylillas: 42 km.
A Huaro: 44 km.
A Canincunca: 45 km.
Hospedajes:
San Jerónimo: Poqen Kanchay. www.pkcusco.org
Huasao: Niños Hotel Hacienda. www.ninoshotel.com / Andahuaylillas: La Casa del Sol. www.casaandahuaylillas.wordpress.com


Por: Iñigo Maneiro Labayen – Vamos!