En un momento delicado para el sector turístico, obligado a lidiar con la reducción del gasto a causa de la crisis económica internacional, el turismo diseñado especialmente para el colectivo homosexual se ha convertido en una mina de oro capaz de generar importantes beneficios a largo plazo.
Así lo aseguró hace unos días el consejero delegado de la consultora Out Now, Ian Johnson, quien señaló que tan solo en el Reino Unido los cerca de 3 millones de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales británicos cuentan con unos ingresos totales de 134.152 millones de dólares, lo que supone un nicho de mercado “muy atractivo” en estos momentos.
El responsable de esta consultora especializada en el ámbito homosexual destacó durante una rueda de prensa celebrada en el marco de la feria World Travel Market (WTM) que se celebró en Londres que “no se puede cerrar la puerta a un colectivo que mueve 700.000 millones de dólares en EE.UU. y que agrupa a 12 millones de personas en Latinoamérica, 15 millones de europeos y más de 1 millón de australianos”.
“A los gays y a las lesbianas les encanta viajar y cuando lo hacen les gusta sentirse bienvenidos y tener la seguridad de que se les va a tratar con todo el respeto que merecen”, indicó Johnson.
Desde hace unos años, son muchas las ciudades que han comprendido las posibilidades de este negocio y se han presentado como “destino turístico gay”, ofreciendo rutas específicamente diseñadas para este colectivo.
Este es el caso de Tel Aviv, que a través de una oferta que mezcla cultura, historia, sol, playa y ocio nocturno, pretende presentarse como una nueva “capital de la homosexualidad”. En palabras del asesor de Turismo del Ayuntamiento de Tel Aviv, Yaniv Waizman, la manera de abordar y convencer a este colectivo no es mediante grandes campañas de marketing, sino “proporcionando a los turistas gratas experiencias que después vayan contando a sus conocidos”.
Los expertos coinciden en señalar al “boca a boca” como el principal medio por el que los homosexuales deciden dónde pasar sus vacaciones, seguido muy de cerca por las redes sociales.
Además, indican que en estos difíciles momentos económicos, la apuesta por este nicho de mercado que hace unas décadas apenas aparecía en el mapa se hace ahora indispensable.
De hecho, según los datos de la Asociación de Turismo de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (IGLTA, siglas en inglés), el poder adquisitivo de este colectivo, su mayor control del tiempo libre y su curiosidad por conocer otras culturas han hecho que el “turismo gay” haya sido capaz de resistir la crisis mejor de lo que lo ha hecho el “turismo heterosexual”.