Conoce cuál es el perfil del turista de lujo en Perú y que actividades y servicios exclusivos ofrece nuestro país al viajero de alto poder adquisitivo.
Tras el levantamiento de las restricciones ocasionadas en el turismo a causa del Covid-19, específicamente el turismo de lujo fue uno de los sectores que mayores cambios ha sufrido en los últimos años. La exigencia en niveles de cuidado, calidad y exclusividad son prioritarias, pero también lo son el generar cada vez más nuevas experiencias auténticas donde los turistas puedan mimetizarse con el destino que están conociendo.
A nivel global se espera que para 2023 los servicios de lujo en alojamiento, así como alimentos y bebidas generen alrededor de 67 millones de dólares y nuestro país se perfila como un potencial protagonista en Sudamérica, puesto que ya existen servicios de este estilo de viaje en Cusco, Loreto, Ica, Puno y Madre de Dios. En este sentido, Civitatis, la empresa líder en la venta de visitas guiadas, excursiones y free tours en español, ha recogido información y un listado de algunos de los destinos y actividades más deseadas.
Perfil del turista de lujo que visita el Perú
El perfil de viajero de lujo que visita Perú puede quedarse en nuestro país 10 noches y gastar un promedio de $5,100 dólares en alojamiento, 5 veces el gasto que realizan otro tipo de vacacionistas. Además, su edad promedia los 49 años y en su mayoría proviene de Norteamérica y Europa.
Al elegir alojamiento, este tipo de usuario prefiere los hoteles clásicos de lujo, boutiques o aquellos con vistas únicas hacia algún paisaje espectacular como los hoteles de montaña, albergues y refugios. Cabe mencionar también su predilección por los spa, resorts o el alquiler de casas particulares. Si el viaje es en avión, este cliente opta por vuelos en primera clase, business o la aviación particular con vuelos charter o helicópteros. Los cruceros exclusivos también son una opción, mientras que si se traslada en tren, este será de alta gama con servicios premium.
Destinos de lujo predilectos en Perú
La historia, gente y atractivos turísticos hacen de la ciudad de Cusco uno de los principales motivos para conocer Perú. En este sentido, algunas de las actividades por realizar en la ciudad serán los tour por la plaza de armas, recorrer el barrio de San Blas, visitar el Coricancha, el Convento de Santo Domingo, o recorrer las ruinas incas como Sacsayhuaman, Puca Pucara, Quenqo o Tambomachay. Civitatis cuenta con un tour privado por la ciudad imperial, donde el visitante puede decidir si quiere recorrer algún rincón oculto o pasar más tiempo en un punto particular, haciendo la experiencia más personalizada y exclusiva.
Alrededor de Cusco existen múltiples tours y destinos por conocer, como El Valle Sagrado de los Incas y sus principales atractivos como Chinchero, Písac, Ollantaytambo, Maras y Moray. En este sentido, dentro del Valle Sagrado de los Incas, la experiencia de almuerzo en un skylodge u “hotel burbuja” ofrecida por Civitatis, es un complemento perfecto para disfrutar de una panorámica impresionante.
Siguiendo la travesía de destinos y experiencias inolvidables, el perfil de viajero de lujo gusta mucho del turismo de aventura y el Perú destaca en este punto. Una de las actividades preferidas es adentrarse en la profundidad de la selva y navegar el río Amazonas en busca del delfín rosado, para luego llegar a la Reserva Nacional Pacaya Samiria, donde alrededor del 85% por ciento de turistas que contratan los cruceros de lujo son extranjeros.
Del mismo modo, Puno conjuga naturaleza, paisajes increíbles y la historia del mayor imperio de América precolombina surcando las aguas del Lago Titicaca. En este sentido, Civitatis cuenta con un tour único en Catamarán hasta llegar a la legendaria Isla del Sol, no sin antes conocer la Fuente Sagrada, lugar donde confluyen corrientes subterráneas de agua de tres sabores diferentes y considerada por los lugareños como «la fuente de la juventud». También conocerán El Jardín del Inca y el Complejo Inti Wata, donde podrán asistir a una ceremonia andina llevada a cabo por un Kallawaya. Sin lugar a dudas, una experiencia a la que pocos tienen acceso.