Recorrer Quito, la capital de Ecuador, resulta tan bello como recorrer las calles de nuestra ciudad del Cusco mezclada con el damero de Pizarro en Lima, o la ciudad de Trujillo y otro poco de Arequipa; todo ello y algo más en un espacio más reducido. No cabe duda que tenemos tanto en común, caras, ropas, ciudades, que no se puede entender porque aún no estamos integrados. No olvidemos que el imperio de los Incas abarcó estas tierras y llegó hasta la parte sureña de Colombia (Pasto) por lo cual, históricamente hablando, somos los mismos hijos de madre india y padre español en todos los aspectos.
La arquitectura del Quito tradicional se luce aún más en la noche cuando la iluminación de sus templos y edificios públicos dejan ver nuevos colores de su estilo neoclásico y republicano. Caminar a esas horas por sus adoquinadas calles se convierte en un romántico paseo a la luz de faroles de tungsteno que doran la piel de los nocturnos peatones. Mientras eso sucede un frío aire te recuerda que estás en la sierra de este lindo país y que las zonas históricas de esta ciudad producen embeleso en muchos puntos al caer el sol. Estuvimos frente a la basílica del voto nacional a esas horas y el iluminado interior recién encendiéndose dejó ver sus vitrales tan soberbios y un cielo naranja entrecortado por uno de sus campanarios puso el telón final a la tarde. De día se pueden apreciar sus gárgolas que son animales oriundos de la costa, sierra y selva ecuatoriana, lo no tan agradable es que no siempre hay puertas abiertas para conocerla por dentro, observar sus naves principales o recorrer sus catacumbas.
La ronda
Caminar de noche por la calle de La Ronda, el barrio emblemático de Quito, es un encuentro con la bohemia, la tradición y la alegría. Abundan los lugares para tomarte un canelazo y escuchar música tradicional por unas callejuelas destinadas sólo al peatón, si eres enamorado de la fotografía puedes componer unos planos con detalles de arquitectura colonial y harta calidez en color.
Luego de este recorrido no te quedará duda alguna sobre el porqué esta ciudad fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1978.
Quito tiene hoteles que trasladan al turista del aristocrático pasado hasta lo más moderno y sofisticado en comodidades propias del siglo XXI; claro esto para el visitante que va sin dificultades de presupuesto.
Es el caso del Hotel Plaza Grande, donde las cenas gourmet a la luz de velas permiten disfrutar de ese lujo y esplendor que sólo conocedores pueden dar real cuenta, pues el acabado de sus escaleras de fino mármol y su mobiliario de cedro laqueado, unida a su cálida iluminación, nos hacen vivir los mejores años del siglo XIX, e inicios del XX. Por el otro lado está el hotel Le Parc con sus grandes y elegantes habitaciones de ingreso con llave tarjeta y diseñadas por arquitectos de estilo fresco, funcional y moderno. En sus amplias habitaciones el huésped se siente más que cómodo, bienvenido y siempre jovial.
El primero, que está ubicado en la zona céntrica de la capital del Ecuador, posee vistas a tradicionales calles y plazas aledañas, y el segundo hotel está en el corazón de la zona más moderna y comercial de Quito, con sus modernos edificios y sus apacibles calles por las noches.
De día, nada mejor que visitar la ciudad de Mitad del Mundo y pasar del hemisferio sur al hemisferio norte cuantas veces quieras, también puedes visitar el museo de sitio del Intiñan donde te hacen la demostración de la atracción de los polos magnéticos con un lavadero y unas hojas secas. Allí, aprecias como estas hojas giran en sentido horario cuando mueves el lavadero unos metros mas allá de la línea equinoccial y luego, cuando cruzas unos metros al otro lado de la bendita línea, estas hojas giran en sentido contrario al caer por el desagüe del lavadero que va a un balde.
La comida es buena en la mayoría de sus restaurantes y tiene sus analogías con la comida peruana, por ejemplo a lo que decimos Chicharrón los hermanos ecuatorianos le llaman Fritada, a lo que decimos Arroz Chaufa ellos le dicen Chaulafán, y tienen el cebiche hecho con un limón menos amargo y le agregan.. ¡tomate….!.
Lo mejor en esta urbe para un turista peruano, con limitaciones de presupuesto, puede ser el ir de compras al mercado artesanal pues allí se encuentran hermosos y soberbios productos a precios bajos, por ejemplo un lindo chal para dama hecho en fibra de alpaca se puede comprar por 12 dólares, pero si sabes buscar y regatear puedes conseguir ese mismo chal por 6 o 5 dólares. Hallas una buena billetera de cuero por 10 dólares, una casaca de ese mismo material por 75 dólares, siempre con el regateo de por medio. Sí, en el Ecuador todo se consigue en dólares pues es la moneda oficial…. pero que no se te ocurra cambiar tus nuevos soles peruanos en alguna de sus ciudades, pues te cambian a 4.50 soles o más el dólar, mejor cambia tus dólares en el Perú que si sale a cuenta.
Hay muchísimo más por comentar de lo bonito que tiene Quito para un turista peruano, pero mejor ve por ti mismo y comparte tus experiencias con los tuyos, así, estaremos más integrados, más hermanados con este país tan lindo que está tan cerca de nosotros y abre las puertas a los visitantes con un buen eslogan: Ecuador ama la vida. Nosotros amamos la buena vida que pasamos en Ecuador.
Texto y fotos: Hamilton Segura / Amigos y Aventura