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Enchirimoyados en Santa Rosa de Callahuanca

Un distrito de Huarochirí utiliza su riquísima chirimoya y una nueva estrategia del gobierno para atraer a cinco mil turistas.

Es difícil encontrar en toda la sierra de Lima un pueblo tan bien cuidado como Santa Rosa de Callahuanca: calles asfaltadas y señalizadas, sorprendentes casas de principios del siglo XX,  baños públicos impecables, coloridos murales que muestran los atractivos de la zona y una sólida conciencia turística de los pobladores. Es cierto que el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) recientemente dio dinero para pintar las casas y hacer algunas remodelaciones, sin embargo, se nota que hay un fuerte sentido del ornato que solo se puede aprender desde la familia.

La semana pasada, Callahuanca estuvo en el centro de la atención turística porque ha sido la primera experiencia del programa De mi tierra un producto (demitierraunproducto.gob.pe), un proyecto inspirado en el plan japonés One village, one product, que aprovecha la capacidad, conocimiento y los recursos (agropecuarios, turísticos y artesanales) de cada localidad para elevar la autoestima de la población y presentar los atractivos turísticos del lugar. En el caso de Callahuanca, la estrella que guiará la promoción turística del pueblo es la chirimoya, que ocupa el 70% de la producción agrícola de la zona.

Callahuanca es uno de los 32 distritos de la provincia de Huarochirí y está a dos horas de Lima. Es una explanada que se eleva sobre el valle del río Santa Eulalia rodeada por un bosque de montaña donde destacan la tara, el algarrobo de la sierra, el tecoma, el molle, la achupalla y el huarango, entre otras especies. En el pueblo hay todos los servicios y un buen hotel (El Rodeo, 876-0139) para los turistas más exigentes. Caricaturas de chirimoyas son parte de la señalización turística y muestran los caminos hacia la municipalidad, al cementerio, a las cabinas de internet, al estadio y a los principales lugares del pueblo. El primer atractivo que los callahuanquinos recomiendan visitar es el Mirador de la cruz de Characán a 2260 msnm. El pueblo está a la sombra del cerro que debe subir, por lo que fácilmente decidirá si quiere ir para allá o prefiere quedarse a tomar un helado artesanal de chirimoya donde la Familia Vílchez (llamar al 3559326 – 999399133), que también prepara los sabores de lúcuma, fresa y membrillo. Tras dos horas de subida, por una ruta perfectamente señalizada, llegará al mirador que descansa al costado de un gran cono, que es el cerro del mismo nombre. La vista compensa cualquier esfuerzo: allí están el enigmático perfil de Marcahuasi, la hidroeléctrica Barba Blanca y el valle del río Santa Eulalia, que luego se unirá con el Rímac. Los pobladores dicen que los atardeceres son de película. La subida del  cerro está cruzada por caídas de agua y canales que nos aseguran son preíncas. Aquí se realiza una entretenida fiesta de la cruz la primera semana de mayo, tal como sucede en miles de distritos del Perú. Los locales nos hablaron de una laguna en la cima: es solo un reservorio de agua. Dicen que si se sigue el contorno de los cerros se puede llegar a San Pedro de Casta.

El siguiente punto turístico es la piscigranja de truchas Piedra Huaca. Tras cuarenta y cinco minutos de una caminata moderada se llega a un lugar rodeado de rocas gigantescas que los pobladores han bautizado ingeniosamente por sus parecidos con ciertos animales y objetos. Con poca imaginación se pueden ver al perro, el elefante, el mandril, la cueva, entre otros, a pocos metros del caudaloso río Santa Eulalia. Luego de conocer las rocas y las pozas donde crían a los peces, los fanáticos de la pesca pueden atrapar su propia trucha arco iris y prepararla a la parrilla.

Pero la verdadera vedette del pueblo es la chirimoya. Las huertas se multiplican por todas partes y en sus árboles crecen decenas de especies de chirimoya, entre las que destacan la verde, la negra, la blanca, la cachuda y la peluda. Los callahuanquinos convierten la fruta en pulpa, pan, yogur, mermelada, manjarblanco, helado, jugo y en diversos productos –como los exfoliantes para la piel hechos a base de la fruta- que buscan llegar al mercado nacional e internacional. El chef Alvaro Raffo ha dirigido talleres en el pueblo para incorporar la chirimoya a diversos platos tanto dulces como salados. Sin duda, lo mejor es el bavaroise de chirimoya, así como las tartaletas y la crema volteada hechas con la fruta.  Por último, no hay evento social donde no se brinde con un buen vaso de chirimpisco, el coctel oficial de Callahuanca.

La gastronomía es otra de las fortalezas del destino y tiene a la huatia, esa carne hervida con hierbas aromáticas y chicha de jora durante horas, como su plato más distinguido. Si quiere probarla solo tiene que acercarse al restaurante Esperanza donde lo atenderá Julia Cisneros, quien preparó 700 huatias para recibir al presidente de la República, Ollanta Humala, quien el jueves 2 de febrero inauguró el programa De mi tierra un producto, en Callahuanca. Desde la época de Fernando Belaunde Terry, ningún presidente se había dignado a ir a Callahuanca por lo que la plaza principal estuvo copada. Los asistentes aprovecharon para pedir a viva voz el asfaltado de la carretera y Humala le dio la responsabilidad al presidente regional de Lima, Javier Alvarado, quien aseguró que se iniciarían los trabajos a fin de año. Masahiro Fukukawa, embajador de Japón y principal colaborador del programa afirmó que técnicos de JICA (Japan International Cooperation Agency)  siguen trabajando con el Mincetur para replicar esta experiencia en otros lugares.

El recorrido del presidente por los puestos de los productores de derivados de la chirimoya y el estadio de Callahuanca – que se convirtió en una gran feria de instituciones del Estado-  fue seguido por una entusiasta multitud. Arrastrado por la emoción, un niño le pidió un autógrafo a Humala antes de que suba al carro que lo llevaría de regreso, pero no tenía papel. Eso no desanimó al menor que le puso el antebrazo a Ollanta, quien lo firmó sin titubear.

El presidente regional de Lima dice que este año se esperan cinco mil turistas en Callahuanca. El titular del Mincetur, José Luis Silva afirma que la promoción turística está asegurada, al menos por este año, y la experiencia se replicará en 100 pueblos del Perú. Considerando que el turismo es una industria que crea muchas expectativas, pero tiene un retorno de largo plazo, esperamos que las autoridades y los callahuanquinos sepan mantener el entusiasmo y esperar pacientemente los frutos del turismo.

Consulte aquí cómo llegar a Callahuanca.