La designación de la Ciudad Sagrada de Caral como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por parte de la Unesco, significa el reconocimiento de su valor universal y excepcional, lo que traerá consigo apoyo internacional y el fomento de su desarrollo turístico, destacó hoy el presidente regional de Lima, Nelson Chui Mejía.
Este nombramiento se produjo durante la sesión número 33 del Comité de Patrimonio Mundial realizada esta semana en la ciudad española de Sevilla.
En esta se decidió incluir en la lista de patrimonio mundial de Unesco a este complejo arqueológico ubicado en el distrito de Supe, al norte de Lima.
“Este reconocimiento es de suma importancia porque, además, se podría tener grandes posibilidades de fomentar el desarrollo de esta zona del país”, declaró en diálogo con RPP Noticias.
En lo que respecta a su administración, dijo, que su gestión está apoyando permanentemente en las labores de protección de la Ciudadela de Caral, “por ejemplo se ha colocado un patrullero exclusivamente para dar protección a los turistas, además, estamos trabajando en el plan de desarrollo en la zona junto con la doctora Ruth Shady, a quien hay que felicitar por este logro”.
“Vale la pena indicar que el mismo representante de Egipto ha reconocido que Egipto si bien es un patrimonio, son básicamente tumbas en cambio Caral es una toda una cultura y eso sin duda resalta la labor de Ruth Shady y todo su entorno”, indicó.
Más temprano, la arqueóloga Ruth Shady Solis, principal investigadora de la urbe más antigua de América, declaró a la agencia Andina recordó emocionada que este reconocimiento se ha dado en la primera ocasión que el sitio prehispánico ha sido postulado.
Añadió que es una confirmación que Caral es muestra de la civilización más antigua de América que floreció entre los años 3000 y 1800 a.C.
Por otro lado agregó que el área que se ha declarado patrimonio de la humanidad es de 66 hectáreas que comprende la ciudad sagrada y el paisaje circundante, lo que es más extenso que varias ciudades de Mesopotamia de similar antigüedad