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Cinco mil familias campesinas se dedican al turismo en Perú

Notiviajeros.com
Entrevista a Rafo León, Periodista peruano especialista en turismo por el diario La Razón de España.
Tiene 60 años, y piensa seguir viajando «mientras el cuerpo aguante, porque es un privilegio».

Vive en lima, pero la mitad del tiempo la pasa fuera, preparando su programa de TV «Tiempo de viaje»- está casado desde hace 37 años y su mujer es una gran viajera. Sin embargo, su hijo, «que es un yuppie, me dice que cuándo maduraré».

Esto de los viajes lo debía de llevar en la sangre porque ya en su época universitaria «viajaba mucho, y a dedo». Ahora lleva ya diez años haciendo en Perú un programa de viajes en la televisión en el que «busco fundamentalmente el contacto con la gente». De ahí que sea todo un experto en lo que llaman turismo vivencial, una opción para viajar por todo el territorio peruano que resulta toda una experiencia.
-¿Qué es el turismo vivencial?
-Viene de la palabra vivencia y vida, es convivencia entre el visitante y el habitante de la zona. El turismo vivencial consiste en conocer Perú con un valor añadido: hacerlo desde la misma perspectiva que los nativos, vivir con ellos y como ellos.
-¿En qué consiste?
-Las familas han preparado estancias para recibir al turista. Han recibido formación para saber atenderle y ofrecerle lo que necesita. Por ejemplo, la gastronomía es la tradicional, pero elaborada con las máximas normas de higiene y evitando los condimentos demasiado fuertes. Esta experiencia se puede combinar con la práctica de algún deporte, como el kayak, con el aprendizaje de técnicas ancestrales de cultivo o de los métodos tradicionales de confección… conocer su forma de vida y participar en sus rituales de homenaje a la Naturaleza. Y, desde allí, se pueden realizar las visitas más típicas e imprescindibles, como Machu Picchu, por ejemplo.
-¿Hay muchas comunidades?
-Sí, este tipo de viaje se puede hacer en casi todo el territorio peruano. Existe, por ejemplo, otra comunidad con un grupo de señoras que han recuperado el modo de vida y los métodos de las tejedoras. En Raqcchi, 18 familias de una comunidad que vive de la cerámica han construido unas casitas para recibir a los turistas. Son quechuas, descendientes de incas. En las visitas a los templos cercanos el guía es un chico de allí, que explica como quien cuenta la historia de sus abuelos.
-¿Desde cuándo existen estos programas en Perú?
-Existen iniciativas de este tipo desde hace unos 10 años, pero como programa público lleva cinco años de funcionamento. Éste es un modo de ver el turismo que supone la inclusión de estas poblaciones a las que, en los 50 años que lleva el sector proporcionando riqueza, nunca les llegó nada. Con estas propuestas, el turismo ha impactado económicamente en 5.000 familias campesinas. Además, indirectamente ha llegado a unas 30.000. El ministerio de Turismo capacita a esta gente y precalifica los proyectos, que ahora ascienden a 30.
-¿Es barato?
-Le pondré un ejemplo: tres días y dos noches, en pensión completa en una comunidad, con una excursión por el lago Titicaca y otra para observar aves, más una fiesta nocturna y otros añadidos no llega a los 80 dólares.
-¿Se trata de un turismo sostenible?
-Sí, se modernizan pero lo hacen en el mejor sentido. Yo estoy mucho en contacto con ellos y puedo atestiguar que no se están prostituyendo. Se dan cuenta de que si pierden sus costumbres… es el fin, por eso cuidan y conservan su medio y sus tradiciones.