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Buen Abrigo, Hotel & Spa, refugio para tablistas

Los tablistas en nuestro país son famosos no solo por sus grandes hazañas sobre las olas, sino también por ser grandes aventureros y viajeros que, en busca de los mejores tubos, descubren inhóspitas playas, ideales no solo para surfear, sino también para disfrutar tranquilamente del sol y el mar.

Chicama es una de estas playas que se volvieron legendarias por los tablistas locales y extranjeros que la convirtieron, allá por los setenta, en una parada obligatoria en cualquier viaje al norte.

TUBOS SINFÍN

Famosa por su ola izquierda, considerada la más larga del planeta, que según los conocedores podría medir hasta un kilómetro de largo —y con suerte dos— esta mítica playa es uno de esos lugares que aún conserva las huellas de su fantástico pasado que se remonta al auge guanero de la familia Gildemeister.

De esta época se mantienen sus clásicas casonas de balneario y su interminable muelle, que ahora parece una escultura que rinde un nostálgico tributo a las huellas que dejan la brisa y el tiempo sobre este mágico lugar.

TRADICIÓN QUE SE RETOMA
Este idílico refugio está reviviendo nuevamente sus antiguas glorias, gracias a la nueva ola de inversiones hoteleras con hospedajes como el Buen Abrigo Hotels & Spa que apuesta por el auténtico paisaje del lugar y ha creado el primer resort dedicado a los tablistas, esta vez con todas las comodidades que se merecen .

El servicio incluye una embarcación que los lleva hasta el “point”, sin la necesidad de caminar largos tramos con los pies descalzos sobre las rocas; además, cuenta con un espacio para almacenar y alquilar tablas y el equipo necesario para disfrutar de las olas todo el día. Ofrece también clases de surf para los aficionados grandes y pequeños.

Una maravillosa piscina frente a la playa mantiene entretenidos a sus huéspedes todo el día y es ideal para descansar o disfrutar de la bahía sin necesidad de sentir mucha adrenalina.

Y para engreírnos aun más, hay una sala de masajes para relajarnos toda la tarde.

La propuesta gastronómica del Chicama Surf es otro punto a su favor, es que en el norte es casi imposible no comer bien, y si es frente al mar, mejor.