La comunidad de Calacala, en la provincia puneña de San Antonio de Putina, será escenario el 1 de octubre de un chaccu ecoturístico, ceremonia de esquila de vicuñas que se remonta a la época de los incas, y que por primera vez abrirá sus puertas a los visitantes a esta zona de la sierra sur.
Esta actividad sobrevive gracias a las prácticas periódicas que realizan los comuneros locales, a 4,250 metros sobre el nivel del mar, a orillas de la laguna Ticcllacocha.
En principio, los comuneros deben arrear a los animales hacia los cercos donde serán trasquilados; posteriormente, la fibra recolectada es vendida a empresas autorizadas para la transformación en hilos o tela para prendas de vestir.
Con el chaccu ecoturístico se busca darle valor agregado a la esquila de vicuñas y con ello impulsar el turismo; la actividad estará a cargo del comité comunal de manejo de vicuñas de Calacala.
El vicepresidente regional de Puno, Saúl Bermejo Paredes, reconoció el trabajo de los organizadores y consideró trascendental la recuperación histórica, tradicional y costumbrista del chaccu.
Según la Dirección Regional Agraria, Puno es el segundo criador y productor de vicuñas después de Ayacucho, y cuenta con aproximadamente 30,000 ejemplares, de los cuales 18,500 están protegidos en cerco.
La producción de fibra regional fue de 1,028 kilos en 2009; en 2010 llegó a 1,062 kilos y en 2011 se prevé producir 1,115 kilos.
En 2010, el kilo de fibra llegó a costar 345 dólares y en el presente año cuesta un promedio de 315 dólares.